REFLEXIONES DE UNA FÉMINA...
Hace unos días escuché en la radio el comentario que una locutora le decía al resto de sus amigas: "Cuando somos jóvenes nos enamoramos del más lindo, del más guapo, del que más pinta tiene, del que más dinero aparenta... Nos enamoramos del que mejor viste, del que mejor baila, del más chistoso, del que tiene la sonrisa más linda, del que siempre tiene una farra el fin de semana, de aquel con quien parece que nuestra vida será siempre color de rosa... Lamentablemente, nunca nos enamoramos del norio que se la pasa siempre estudiando... De aquel que, por su esfuerzo y tenacidad, va a tener éxito en la vida..."
¿Saben? Esas palabritas me llegaron como puñalada al alma... ¿Cuántas veces no quise que las chicas que me gustaban se fijasen en mi, en ese pobre tonto que solo vivía para estudiar, que vivía solo para las letras y los libros?... Talvez ahora ya no me importe mucho si se fijan o no, pero en la adolescencia cada triunfo y cada derrota deja siempre una huella muy difícil de borrar...
Ahora no conozco el detalle de las vidas de muchas de esas chicas... De algunas se que, finalmente, se casaron con esos "galanes de telenovela", pero terminaron separadas y con sus hijos a cuestas... Algunas otras ni siquiera llegaron a casarse, pero si se quedaron con el encargo de los hijos... Solo algunas -muy pocas, diría yo- llegaron a esa vida "color de rosa" que tanto imaginaron con sus parejas de colegio o universidad... Pero quizás ese éxito no fue solo "por la sonrisa linda" del muchacho, sino porque en realidad él valió la pena...
Hace unos días escuché en la radio el comentario que una locutora le decía al resto de sus amigas: "Cuando somos jóvenes nos enamoramos del más lindo, del más guapo, del que más pinta tiene, del que más dinero aparenta... Nos enamoramos del que mejor viste, del que mejor baila, del más chistoso, del que tiene la sonrisa más linda, del que siempre tiene una farra el fin de semana, de aquel con quien parece que nuestra vida será siempre color de rosa... Lamentablemente, nunca nos enamoramos del norio que se la pasa siempre estudiando... De aquel que, por su esfuerzo y tenacidad, va a tener éxito en la vida..."
¿Saben? Esas palabritas me llegaron como puñalada al alma... ¿Cuántas veces no quise que las chicas que me gustaban se fijasen en mi, en ese pobre tonto que solo vivía para estudiar, que vivía solo para las letras y los libros?... Talvez ahora ya no me importe mucho si se fijan o no, pero en la adolescencia cada triunfo y cada derrota deja siempre una huella muy difícil de borrar...
Ahora no conozco el detalle de las vidas de muchas de esas chicas... De algunas se que, finalmente, se casaron con esos "galanes de telenovela", pero terminaron separadas y con sus hijos a cuestas... Algunas otras ni siquiera llegaron a casarse, pero si se quedaron con el encargo de los hijos... Solo algunas -muy pocas, diría yo- llegaron a esa vida "color de rosa" que tanto imaginaron con sus parejas de colegio o universidad... Pero quizás ese éxito no fue solo "por la sonrisa linda" del muchacho, sino porque en realidad él valió la pena...
"Yo soy el flaco que aún te mira con pasión
en cada foto que aquella noche se tomó...
Y que te espera, aún te espera
con la más fiel devoción..."
en cada foto que aquella noche se tomó...
Y que te espera, aún te espera
con la más fiel devoción..."